Nos hemos puesto tan huasos (es un decir, ya que va todo mi respeto al genuino huaso chileno) que, hasta en estos tiempos, el glamour nos descoloca. Es lo que ocurrió el otro día en que se publicó una fotografía en que aparece el abogado Fernando Atria, en Londres, ante un carruaje real, y él de impecable chaqué junto a una elegantísima embajadora de Chile. Para él no es una embajadora más, ya que está casado desde hace décadas con Ximena Fuentes. Muy bien se veían los dos dispuestos a asistir a una ceremonia oficial que, naturalmente, exige una vestimenta especial de acuerdo a las normas de la Corona y del Debrett’s.
Este no es sino un tradicional Manual de Carreño anglosajón que incluye desde las normas apropiadas para presentarse ante la Reina (era la Reina, cuando por primera vez escribí sobre el tema) hasta… la forma de sentarse a la mesa y tomar los cubiertos.
Illo tempore asistí a un curso de la Academia Diplomática Andrés Bello organizado para periodistas acreditados en la Cancillería. Lo impartía José María Gallardo, ya fallecido, que se había desempeñado en la Dirección de Protocolo.
¿Algunos temas tratados?
Precedencia aplicada a la ubicación en mesas, tribunas y automóviles; organización de visitas; atención de invitados extranjeros; otros aspectos protocolares de ceremonial.
Es a través de ese curso que el lego (yo en ese caso) comprendía la razón de ser del protocolo, que lejos de ser superficialidad, es organización. Se nos decía que protocolo es organizar desde los pasos que deben darse hasta quién debe darlos diciendo qué palabras, en cuánto tiempo. Y un consejo elocuente para autoridades y diplomáticos: así no hacemos el ridículo ni caemos en la crítica de los demás, que suele ser cruel.
Una pregunta que alguien le hizo al profesor en esas clases de entonces y que aún recuerdo:
-¿Se dice embajador en Inglaterra o Gran Bretaña?
Respuesta: embajador ante el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte… Pero también suele decirse en lenguaje más coloquial: ante la Corte de St. James, que es la que acredita.
Ese era el tenor de la clase. Volvamos al hoy.
Ella es la consorte de Atria o ahora, a la inversa, Atria es la consorte de ella.
A ver si un día trato a fondo este tema del protocolo, que incluso altas autoridades desconocen y andan por ahí por la vida como si ni siquiera fueran autoridades.
Bien por Ximena Fuentes y bien por su consorte Fernando Atria, que a pesar de tener muy claro que es frenteamplista, a diferencia de otros en esto sabe representar a Chile y, sobre todo, vestir de acuerdo a la ocasión.