CARTA A SAN LUCAS

 

CARTA A SAN LUCAS

Lillian Calm escribe: “Esta vez, curioseando libros semi antiguos, me encontré con Ilustrísimos Señores, esa publicación encantadora que recopila cartas imaginarias (cuarenta en total) escritas a diferentes personajes de la historia, y publicadas en la prensa por Albino Luciani. Como sabemos, nada menos que quien llegaría a ser el papa Juan Pablo I”.

¿De qué escribir para esta Navidad? La respuesta pareciera fácil, pero no tanto la selección. Año tras año prefiero callarme y darle la palabra, en mis columnas, a quien nos recuerde lo único importante: la relevancia de los momentos que se van a vivir. O que ya se han comenzado a vivir durante el Adviento, este tiempo fuerte del año litúrgico.

Esta vez, curioseando libros semi antiguos, me encontré con Ilustrísimos Señores, esa publicación encantadora que recopila cartas imaginarias (cuarenta en total) escritas a diferentes personajes de la historia, y publicadas en la prensa por Albino Luciani. Como sabemos, nada menos que quien llegaría a ser el papa Juan Pablo I.

Me detuve en la carta en que el entonces futuro pontífice  se dirige a san Lucas, el autor de tantos de esos evangelios que nos conducen a Belén.

 

Querido San Lucas: 

Me has sido siempre muy grato, por ser tan dulce y conciliador.

En tu evangelio subrayas que Cristo es infinitamente bueno; que los pecadores son objeto de un amor particular por parte de Dios, y que Jesús, casi ostentosamente, se relacionó con aquellos que no gozaban en el mundo de consideración alguna.

 

Eres el único que nos ofrece el relato del nacimiento e infancia de Cristo, cuya lectura escuchamos siempre con renovada emoción en Navidad. Hay, sobre todo, una frase tuya que me llama la atención: Envuelto en pañales fue reclinado en un pesebre. Estas palabras han dado origen a todos los belenes del mundo y a miles de cuadros preciosos.

 

Y a ella añado yo esta estrofa del Breviario:

 

Ha aceptado yacer sobre el heno,

no ha tenido miedo del pesebre,

se alimentó con poca leche

Aquel que sacia el hambre del último pajarillo.

 

E inquiere Albino Luciani:

 

Hecho esto, me pregunto: Si Cristo se ha colocado en ese puesto tan humilde, ¿qué lugar debemos escoger nosotros?

 

Dejo con el autor y, me atrevo a decir, también con Jesús recién nacido, planteada esa interrogante.

 

Lillian Calm

Periodista

19-12-2024

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

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