UCRANIA TEME QUE EL MUNDO SE OLVIDE DE ELLOS

UCRANIA TEME QUE EL MUNDO SE OLVIDE DE ELLOS

 

Lillian Calm escribe: “María de los Ángeles Covarrubias, presidente de ACN, acaba de estar en esas tierras y explica que ‘cada persona con la que estuvimos nos recibió con desbordante alegría; porque una cosa es que les envíen ayuda y, otra, que los lleguen a ver. Los ucranianos temen que el mundo se acostumbre a este conflicto…’”.

El título de esta columna viene a ser la síntesis de la visita que hizo María de los Ángeles Covarrubias a ese país, sacudido por una guerra con Putin. Abogado, ella lleva décadas  dedicada a la  Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre, ACN Chile, la cual preside. Desde ahí se apoya a miembros de la Iglesia perseguidos, oprimidos, necesitados de ayuda pastoral.

¿Los medios?  La oración y la caridad.

Hace unas semanas recibió una invitación para ir a vivir cuatro días en Ucrania. Lo pensó apenas… y llegó a ese país, que permanece en alerta máxima desde el 24 de febrero de 2022.
-Estuve en Lviv (Leópolis, en español), una de las ciudades mas grandes y, también, en Kiev, la capital: ambas han sido atacadas por las tropas rusas.
Lee en su agenda sus propias anotaciones:

-Hoy se ve gente por la calle; el comercio está abierto, el transporte público funciona, los niños van al colegio. Aparentemente en Kiev y Leópolis la vida sigue su curso, porque la guerra está en el frente. Sí, el combate está en la frontera con Rusia, pero misiles y drones rusos vuelan por el cielo ucraniano todos los días; en su mayor parte son derribados por el ejército ucraniano… pero no todos.

Explica: -Esta semana cayó uno de ellos a pocos kilómetros de Lviv, donde estuve, y mató a dos personas.  Hace pocos días, en Kiev, donde también estuve, cayeron misiles sobre el hospital de niños y murieron 37 personas. Cada ciudadano sabe a qué refugio tiene que correr ante alerta de misil.

Comenta que esas vida giraron en 180 grados: hay electricidad, pero solo algunas horas del día; todos los hombres entre 25 y 60 años tienen la obligación de enrolarse; las mujeres están solas y muchas han quedado viudas.

-¿Viajó con alguna comitiva?
- Diez  personas de diez nacionalidades distintas que conformamos, hace solo unas semanas, la delegación de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre, ACN, en Ucrania. ACN lleva décadas apoyando a la Iglesia Católica Ucraniana y, más que nunca, en estos últimos dos años y cuatro meses.
El grupo se reunió con las máximas autoridades de la Iglesia Católica Latina y la Iglesia Greco Católica Ucraniana (esta última de rito oriental), con sacerdotes, seminaristas y religiosas, que 24/7 han estado al servicio de los cuatro millones de refugiados (de los cuales la mayoría ha huido a otros países europeos). Han pasado hambre y frío para poder permanecer con sus fieles, y están dispuestos a arriesgar su vida ,día a día, por no abandonar a su grey.

María de los Ángeles Covarrubias continúa su relato:
- Escuchamos testimonios desgarradores: personas que han perdido padres, hijos, maridos, hermanos, amigos, en los últimos dos años. La visita al cementerio de Lviv -donde yacen ochocientos soldados, y donde el terreno se prepara para recibir a otros ochocientos-, fue conmovedora. Ante cada tumba hay deudos rezando frente a la fotografía de su héroe, honrado con coloridas flores.

Señala que en la plaza de Kiev -frente a la catedral ortodoxa-, tanques rusos abatidos y capturados en el sitio de Mariupol (febrero a mayo 2022), recuerdan que la guerra sigue, y que la herida está abierta en el corazón de cada ucraniano.
-Cada persona con la que estuvimos nos recibió con desbordante alegría; porque una cosa es que les envíen ayuda y, otra, que los lleguen a ver. Los ucranianos temen que el mundo se acostumbre a este conflicto y se olvide de ellos. ACN se empeña para que eso no ocurra, y responde a la urgencia de sostenerlos con los diversos proyectos que financia a través de la Iglesia. Entre otras, una indispensable labor que apoya actualmente es el tratamiento a través de médicos y psicólogos, y también de atención espiritual, en la contención y superación del trauma vivido por la guerra.

Y sintetiza:
- Con o sin luz, en la incertidumbre de si un dron les volverá a caer encima, la Iglesia sigue adelante con la frente en alto. En sus seminarios se preparan cerca de doscientos futuros sacerdotes. Los párrocos celebran la misa diaria, forman a grupos de jóvenes, acompañan y consuelan, tal como también lo vimos en la abnegada dedicación de monjas, con ancianos, mujeres y niños.

Luego termina:Cada Eucaristía y cada encuentro fue para mí una emocionante experiencia de fe y esperanza. Coronó nuestra visita, la concurridísima misa dominical celebrada por el obispo de Kiev en la catedral. Le siguió una vibrante procesión del Corpus Christi, que por razones de seguridad debió realizarse dentro del templo y no por las calles, como tradicionalmente lo ha hecho este pueblo que, con valor, defiende su tierra y espera la victoria.

  

 

Lillian Calm

Periodista

25-07-2024

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

 

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