ME PREOCUPABA PIÑERA

 

ME PREOCUPABA PIÑERA

Lillian Calm escribe: “Me detuve en una columna, creo que la única, en que más que de su obra examino algo de la persona de Piñera, lo que no es lo mismo. Es del 17 de marzo de 2010, es decir, habían trascurrido solo seis días desde que había iniciado su primer mandato presidencial”.

Recién al mes de su trágico accidente, tal vez solo como un ejercicio de memoria, escribí Piñera al abrir un archivo (virtual, por supuesto) donde guardo algunas de mis columnas. Quería recordar qué había escrito sobre el ex mandatario, a quien -como tantos periodistas- conocí y entrevisté. 

 

Me detuve en una columna, creo que la única, en que más que de su obra examino algo de la persona de Piñera, lo que no es lo mismo. Es del 17 de marzo de 2010, es decir, habían transcurrido solo seis días desde que había iniciado su primer mandato presidencial.

 

Ya el título, que por supuesto había olvidado, me llamó la atención: Piñera debe cuidar a Piñera.

 

En uno de los primeros párrafos escribí: Me inquieta Piñera. Es más, creo que Piñera debe preocuparse no solo de Chile sino también de Piñera… y, por supuesto, de sus colaboradores.

 

Y comentaba: Entrevistas a sus cercanos, incluso a miembros de su familia, concluyen en que él apenas necesita cinco horas o, incluso, menos para lograr un sueño profundo y reparador. Es lo que puede definirse como un todoterreno. Pero, ¿funciona por igual el metabolismo de su gabinete o este régimen de exigencia va a terminar, mucho antes de lo pensado, reventando a los ministros?

 

Sigo…: El país vive una agudísima crisis que requiere urgencia, y para los chilenos, después de la inercia de los primeros días post 27 de febrero (el terremoto), resulta un verdadero bálsamo que se apriete el acelerador a fondo. Se nota que la reacción actual no es pura cuestión de imagen, sino que se trata de imprimirle una celeridad real y verdadera a la reconstrucción. De hecho el Presidente está pidiendo todo “para mañana”, y sábados y domingos completos. Como se ha precisado, 24 horas al día y 7 días de la semana. Pero si el sistema se mantiene en el tiempo, ¿hasta cuándo podrá seguirse con ese ritmo sin lesionar a los secretarios de Estado, a otros altos funcionarios y, de paso, a sus familias?

Luego agregaba: El problema no se soluciona con que muchos ya cuenten con el cronómetro que el Presidente les regaló incluso antes del terremoto y que él mismo consulte periódicamente su rojo toy watch, porque el que antes Sebastián Piñera anduviera a caballo, buceara, jugara tenis y fútbol, y pilotara en un mismo día podía ser resorte suyo (total, parece que está acostumbrado) y nadie tenía por qué inmiscuirse, pero desde el 11 es diferente. Sebastián Piñera tiene la obligación de preocuparse también de Sebastián Piñera, porque el Presidente de la República ya no se debe solo a sí mismo sino también a Chile.

Más adelante: Sabemos que una de sus características es tener energía de sobra, pero la energía es un recurso natural (para ponernos a tono con las nuevas terminologías) que también se agota… aunque en las personas es renovable (…) No deja de ser preocupante que en uno de sus principales discursos Piñera haya enfatizado que mientras muchos chilenos y chilenas duerman, tendrán un gobierno que trabajará sin descanso por la reconstrucción del país.

Y yo agregaba:

Por algo se hicieron los días y las noches, y no todo ser humano es un… Sebastián Piñera.

Hoy, habiendo conocido ya cuál iba a ser su futuro, solo hay que darle la razón por haber andado tan, pero tan demasiado apresurado por la vida.

 

Lillian Calm

Periodista

14-03-2024

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

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