Una súbita gastroenteritis aguda (y las gastroenteritis suelen ser súbitas) aquejó a la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, el día preciso en que debía concurrir al funeral solemnísimo del ex Presidente de la República, Sebastián Piñera. Así trascendió desde cercanos a ella.
Camila no alcanzó a estar presente ni siquiera a primeras horas de la mañana, cuando el actual mandatario Gabriel Boric, en el Congreso Nacional y después desde La Moneda, despidió los restos. Era el tercer y último día de duelo nacional.
La seguí en la víspera, aunque por televisión. Decidí no perderla de vista, dentro de las posibilidades que me daba la pantalla. Camila no parecía estar a sus anchas al hacer la guardia de honor. En realidad, nadie puede estar a sus anchas ante una tragedia así, pero el de ella era otro no estar a sus anchas.
Cuando los periodistas la entrevistaron ya en las afueras (y conste que ella es, en propiedad, la vocera del actual Gobierno) dijo frases que me parecieron incluso no conexas, como “el velorio… ha tenido un normal desarrollo”.
Pregunta: ¿hay una forma normal o no normal de desarrollarlo? Es un comentario inentendible.
Esto puede tener una sola explicación: que Camila -ella nunca fue benévola para calificar al ex Presidente Sebastián Piñera, por decirlo en elegante- fue transpolada (no encuentro un término mejor) desde su mundo comunista para ser insertada en la guardia de honor de un no comunista, pero esa tarde-noche, es mi impresión, los suyos la llamaron al orden.
Quizás una forma de desaparecer fue echarle la culpa a una súbita gastroenteritis.
No es una afección fácil de llevar, pero peor, me parece, debe ser la gastroenteritis ideológica. Suponiendo que la de ella ha sido biológica, porque no se me ocurriría no creerle a tan alta autoridad de Gobierno (incluso ella ha creado comisiones pro búsqueda de la verdad), recurrí a la web:
La gastroenteritis es una inflamación del revestimiento del estómago y los intestinos . Sus principales síntomas incluyen vómitos y diarrea…
Qué pena. Feroz.
Y parece que es contagiosa porque no vi (siempre a través de la televisión) a ningún otro militante comunista en los funerales de Estado. Los pobres deben haber estado también sufriendo los efectos de la gastroenteritis.
Lillian Calm
Periodista
15-02-2024
BLOG: www.lilliancalm.com