Le estaba dando vueltas a uno o dos o tres temas sobre los cuales podría haber escrito este jueves, cuando recibí una información que me dejó helada. Pero sucede. Está sucediendo.
La presidente de Ayuda a la Iglesia que sufre, la abogado María de los Ángeles Covarrubias, me envió una información recibida desde la sede central de la organización en Alemania y cuya sigla en inglés es ACN: Aid to the Church in Need.
Esta entrega una cifra estremecedora : solo en 2022 -el año que despedimos- más de cien sacerdotes y religiosas fueron secuestrados, detenidos o asesinados, algunos en el ejercicio de su misión pastoral.
Nigeria era y es uno de los países más peligrosos para servir a la Iglesia (cuatro sacerdotes asesinados), pero también hay que agregar otras naciones donde se han perpetrado muchas vejaciones, como China y Nicaragua.
La información señala textualmente:
“Otros ejemplos de sacerdotes muertos en el ejercicio de su labor pastoral incluyen tres sacerdotes brutalmente asesinados en México por miembros de cárteles de la droga, y dos sacerdotes tiroteados en el este de la República Democrática del Congo.
“Las cinco religiosas asesinadas en 2022, mientras desempeñaban su misión, fueron hermana na Luisa Dell’Orto, en junio en Haití; las hermanas Mary Daniel Abut y Regina Roba (en
agosto) ,en Sudán del Sur; la hermana Mari de Coppi (en septiembre), en Mozambique; y la hermana Marie-Sylvie Vakatsuraki, asesinada en octubre en la República Democrática del Congo”.
Luego se consideran más de cuarenta secuestros, con cinco sacerdotes aún desaparecidos:
“Este año han sido secuestrados un total de 42 sacerdotes de diferentes países: 36 han sido liberados, tres fueron asesinados en Nigeria y otros tres sacerdotes permanecen en paradero desconocido: dos en Nigeria y el misionero alemán padre Hans-Joachim Lohre, socio de proyectos de ACN, que fue secuestrado en noviembre, en Malí. Dos sacerdotes secuestrados en 2019 -el padre Joel Yougbaré de Burkina Faso y el padre John
Shekwolo de Nigeria- siguen en paradero desconocido, con lo que el número total de sacerdotes secuestrados desaparecidos asciende a cinco”.
Solo en Nigeria hubo durante el año un total de 28 secuestros. La semana de antes de Navidad fueron secuestrados tres sacerdotes. Le sigue Camerún con seis, cinco de los cuales fueron secuestrados en septiembre de una sola vez y liberados cinco semanas después.
Haití se ha convertido en uno de los lugares más violentos de Centroamérica: cinco sacerdotes fueron secuestrados por bandas criminales en 2022, pero fueron liberados.
Y continúa la contabilidad:
En Etiopía, Filipinas y Malí fue secuestrado un sacerdote en cada país. Dos fueron liberados. Y Nigeria, con siete, encabeza también la lista de religiosas secuestradas en 2022. Una hermana fue secuestrada en Burkina Faso y otra raptada en Camerún. Todas han sido liberadas posteriormente por sus secuestradores.
Pero la nómina no termina aquí sino que continúa con sacerdotes y obispos encarcelados, además de al menos 32 clérigos que fueron detenidos en el año con intimidación y
coacción.
Leo: “Los últimos son cuatro sacerdotes de la Iglesia greco-católica ucraniana, que trabajaban en la Ucrania ocupada por Rusia y que fueron detenidos mientras desempeñaban sus actividades pastorales. Dos han sido puestos en libertad y deportados a territorio ucraniano, mientras que los otros dos permanecen detenidos y podrían ser acusados de terrorismo. Existe el temor de que sean torturados en prisión”.
Y de Ucrania la información se salta nuevamente a Nicaragua, “país muy preocupante, pues once miembros del clero han
sido detenidos durante el actual conflicto del Gobierno con la Iglesia católica. Entre ellos hay al menos dos seminaristas, un diácono, un obispo y siete sacerdotes. El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, actualmente en arresto domiciliario, deberá comparecer ante el tribunal el 10 de enero, acusado de atentar contra la integridad nacional”.
El informe no termina ahí: “Otro caso reciente es la desaparición y encarcelamiento de un obispo y dos sacerdotes en Eritrea. Desde su detención han pasado dos meses sin que las autoridades hayan dado ningún tipo de explicaciones. Y resulta casi imposible averiguar el número de sacerdotes y obispos católicos detenidos en China en 2022”.
Según la información recogida por ACN, los clérigos de la Iglesia
clandestina son repetidamente detenidos por las autoridades por un periodo de tiempo para presionarlos a unirse a la Iglesia aprobada por el Estado. Por ejemplo, entre enero y mayo de 2022, desaparecieron al menos diez sacerdotes, todos ellos pertenecientes a la comunidad clandestina de Baoding (Hebei).
Además, un sacerdote fue arrestado en Myanmar durante las protestas contra el régimen.
Después de informarme e informar sobre esta situación solo me sale un muy, pero muy entrecortado… feliz Año Nuevo, aunque ya falten pocos días para febrero.
PS ( Post Scriptum): Desobedezco aquí esa máxima que me inculcaron mis profesores de periodismo, según la cual un título nunca debe ir en interrogación.
Lillian Calm
Periodista