EL ETÍOPE DE LA OMS

 

Lillian Calm escribe: “Muchos científicos se preguntan: la Organización Mundial de la Salud, ¿podría haber actuado con mayor celeridad? ¿Cómo habría sido la respuesta a la pandemia si por lo menos su director general hubiera sido médico?”.

En los momentos en que en tantos países rebajan las alertas por Covid, la cifra de muertes por el virus ya se acerca a los siete millones de personas que no son para nada un número. Cada una ha tenido su yo, su familia, su trabajo, sus alegrías y tristezas, sus realidades y sus sueños. Su existencia.

Muchos científicos se preguntan: la Organización Mundial de la Salud, ¿podría haber actuado con mayor celeridad? ¿Cómo habría sido la respuesta a la pandemia si por lo menos su director general hubiera sido médico?

Pero resulta que en mayo el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus fue reelegido por un segundo período de cinco años. Entonces decía que ya se podía “entrever la luz al final del túnel”; pero eso y mucho más está todavía de por verse. 

Digamos que el gran pro que le aseguró un segundo período a este acérrimo defensor del aborto, y no creo equivocarme, ha sido su marcada ideología de izquierda, esa que por lo demás abunda en los politizados organismos internacionales.

No es exagerado decir que la pandemia no importa tanto en esas justas electorales como, más bien, ser marxista leninista y, aunque no todos los mandamases de los organismos internacionales lo sean, por lo menos suele requerirse una ideología de izquierda para hacer carrera en todo lo que a Naciones Unidas se refiere.

Esta es la realidad y lo prueba el que ni siquiera su país de origen, Etiopía (caracterizado, por lo demás, por su escasísimo avance sanitario), estuvo dispuesto a apoyarlo. La votación, naturalmente, fue a puertas cerradas, se dio en la asamblea anual del organismo y no se esperaba sorpresa alguna (era el único candidato a director general). Según los electores reunía todas las condiciones para seguir en el cargo… a pesar de que no tiene estudios de medicina.

¿Qué es? Antes que nada un político, ex ministro de Salud y de Relaciones Exteriores, y si bien fue apoyado por veintisiete miembros, no lo fue por la delegación de sus connacionales, procedentes de Adis Abeba, que en Ginebra asistieron a la Asamblea Mundial de la Salud número 75. Por su parte la delegación procedente de Eritrea (país vecino de Etiopía), según informaciones, dejó constancia de que no concordaba con las felicitaciones expresadas por el grupo africano de la OMS.

Se le critica a Tedros Adhanom Ghebreyesus, entre otras falencias, lentitud y errores en la respuesta sobre todo inicial al Covid. No han faltado las tensiones con Estados Unidos y China, a pesar de que su cercanía con este último país ha sido innegable.

Quizás la mayor crítica que se le hace en su propia patria es su supuesta vinculación con el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), organización terrorista según el Archivo Global de Terroristas. También en su tierra natal se lo relaciona con sospechosos de fraude y corrupción, siempre según fuentes internacionales.

A mediados de 2020 escribí una columna en la que me preguntaba:

“Y, ¿desde dónde se esparció este virus (el Covid, naturalmente) por el mundo? Desde China. ¿Esto tiene importancia? Muchísima”.

Y seguía:

“Un solo argumento: el etíope (Tedros Adhanom Ghebreyesus ) no solo habría demorado en dar la voz de alarma, sino que al parecer la minimizó. (Este por lo demás es uno de los cargos que el ex Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, disparó contra el organismo internacional y le mermó su abundante aporte financiero)”.

Este biólogo etíope llegó a declarar que era innecesario adoptar medidas que “interfieran innecesariamente con los viajes y el comercio internacional”. En videoconferencia de prensa desde Ginebra, sede de la Organización Mundial de la Salud, en vez de pedir que se postergaran las manifestaciones azuzadas en diferentes países, señaló que la Organización alienta “a todos los que protestan en todo el mundo a hacerlo de manera segura’".

Por todo esto se considera que la OMS si bien ha sido tibia para dar directrices en su área, pronunciando frases obvias y retóricas. no lo ha sido para promover su ideología.

Así, con el Covid ha estado siempre al debe: ha privilegiado los lugares comunes muy por detrás de la iniciativa adoptada por muchos países, entre ellos Chile, en cuanto a lindicaciones de vacunación y refuerzos

Sin embargo a pesar de los casi siete millones de muertos, Tedros tiene claro que él se ha asegurado cinco años más en la cúspide de la OMS.

 

Lillian Calm

Periodista

 

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