Cuatro preguntas -y por supuesto con sus respuestas- nos interiorizan en la iniciativa de norma número 4738 y su texto constitucional propuesto, el que es presentado por la abogado María de los Ángeles Covarrubias. Esta introducción que puede parecer muy árida lleva, sin embargo, a permitir que los chilenos podamos seguir –una vez refrendada por esta nueva Constitución-, contando con libertad de Pensamiento, Conciencia y Religión, que como su propiciadora señala, no son sino tres dimensiones de una misma libertad.
Una iniciativa de norma constitucional anterior, la que lleva el número 3042, y que es y fue respaldada por las Confesiones Religiosas de Chile (presentada a nombre de todas ellas por el Obispo de San Bernardo), superó ya las 15 mil firmas requeridas para que sea votada como norma por la Convención Constituyente.
Pero la abogado considera que, además, “como laicos y ciudadanos simples y comunes, de a pie, alejados del quehacer político, nos preocupa que en momentos en que se escribe una nueva constitución para Chile, esta garantice debidamente la Libertad de Pensamiento, Conciencia y Religión. Esta libertad, inalienable e inderogable, es uno de los fundamentos básicos de una sociedad democrática, plural, inclusiva y no discriminatoria”.
María de los Ángeles Covarrubias la avala con su nombre representando a quienes trabajan en Ayuda a la Iglesia que Sufre, fundación universal que ella preside en Chile y que cuenta con setenta años de experiencia y que, asimismo, le ha permitido ser testigo “una y otra vez de las dramáticas consecuencias de la vulneración a la libertad religiosa; desde las formas más sutiles hasta la más grave, como la persecución por causa de la fe”.
Durante meses se ha preparado la argumentación requerida para que constituya un verdadero aporte en este tema, propuesta tal cual la consagra la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948, tanto en su preámbulo como también en su artículo 18.
Luego enfatiza que ante los constituyentes es importante que la iniciativa de las Confesiones Religiosa se complemente por una iniciativa ciudadana y que “es esencial apoyar ambas iniciativas con la mayor cantidad de firmas posible”. Y nos envía el link correspondiente:
https://plataforma.chileconvencion.cl/m/iniciativa_popular/detalle?id=4738
Aquí van mis preguntas y sus respuestas:
-¿Piensa que en estos momentos peligra en Chile la libertad de pensamiento, conciencia y religión? ¿Por qué?
-Podría peligrar por los aires de refundación que rondan y que consideran que la religión es “colonizadora”, un resabio del pasado que la modernidad debe superar. Ello por comprensiones parciales o erradas del lugar que ocupa la religión en la sociedad, que pueden llevar a una posición hostil frente a que las personas puedan actuar conforme a sus aspiraciones trascendentes. También por prejuicios laicistas que tienden a marginar a la religión del ámbito público. Y porque en los dos últimos años hemos sido testigos de ataques vandálicos e incendiarios a iglesias católicas y templos evangélicos.
-¿Cómo se viven estas libertades en países en que trabaja Ayuda a la Iglesia que Sufre?
-Según el Informe de Libertad Religiosa 2021 que publica cada dos año la fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre, el 67 % de la población mundial vive en países donde con menor y mayor gravedad no se respeta la libertad religiosa. En 62 países se da grave discriminación o persecución. En 21 países, dejar la religión o cambiarse a otra conlleva graves consecuencias legales y/o sociales. El 42 % de los países de África sufre persecución extrema. Incluso el coronavirus ha sido motivo de discriminación religiosa: en alguno lugares se ha estigmatizado a minorías religiosas como causantes de la pandemia. También se ha negado ayuda humanitaria a minorías religiosas, al mismo tiempo que se ha dado una limitación desproporcionada de la práctica y el culto.
Aun cuando las constituciones democráticas garantizan de una y otra forma la libertad religiosa, se da cada vez más la persecusión “educada” -como ha dicho el Papa Francisco-, por medio de normas que van restringiendo la libertad de pensamiento, conciencia y religión, arrinconando a la religión a lo privado y discriminando en derechos civiles. Otros gobiernos autoritarios o estados en que rige una religión oficial, hostigan a las minorías religiosas o se llega hasta el extremo de la persecución.
-¿A qué atribuye la acogida que tuvo la iniciativa de norma constitucional de las Confesiones Religiosas en Chile, en momentos en que el nuestro parece ser un país tan poco religioso?
-A que la auténtica libertad religiosa la defienden creyentes y no creyentes como un espacio de libertad social para todos, con independencia de la postura religiosa o no religiosa de cada cual. Porque esta libertad se vincula con otros derechos fundamentales que emanan directamente de la inviolable dignidad humana. Está en la base de la igualdad ante la ley: tratar igualmente a los que creen y a los que no creen. Y también por la convicción de que Estado y confesiones religiosas no son, ni deben ser, adversarios sino interlocutores y cooperadores, cada uno desde su particular esfera y autonomía, cada uno en el marco de sus propios fines, para promover el desarrollo integral de la persona humana y la paz social.
-¿Cree que va a tener acogida en la Convención la norma que usted propicia, si es que llega a discutirse?
-Esperamos que sea acogida porque la Libertad de Pensamiento, Conciencia y Religión es una libertad inalienable e inderogable; es uno de los fundamentos básicos de una sociedad que busca ser democrática, plural, inclusiva y no discriminatoria. La libertad religiosa no es un privilegio; es un derecho humano. El deterioro de la libertad de pensamiento, conciencia y religión es un signo de la degradación general de la libertad, de los derechos humanos y, por ende, de la propia democracia.
Lillian Calm
Periodista